Esta quiche francesa, también llamada “gallette”, de masa suavemente crocante y salada, rellena de vegetales y fruta dulces, que contrastan con el picor mineral del queso Azul, bien vale la pena.
Precalienta tu horno y prepara una bandeja, enmantequillando y enharinando bien.
Corta la cebolla en pluma y cocínala en sartén bien caliente, con muy poco aceite, salpimentándola, hasta que quede algo transparente y suave.
Igualmente, dora laminas delgadas de zapallo hasta que queden dulces, pero al dente. Del mismo modo, cocina las manzanas hasta que estén doradas. Todos los ingredientes deben tener sabor. Alíñalos con sal y pimienta a tu gusto.
Pasa por la procesadora el queso azul con la crema y corta en cubitos bien pequeños el Cream Cheese. Aliña el Cream Cheese agregando tomillo y pimienta. Mezcla estos ingredientes para tu salsa de queso azul.
Para armar la gallette, dispón la masa, que debe ser redonda (le puedes dar esta forma con tu uslero, sobre una superficie enharinada).
Sobre la masa, dispón por capas, primero la cebolla, luego el Cream Cheese, y encima el zapallo y las manzanas. Agrega la salsa de queso azul, dejando partes sin tapar, para que tenga más textura. Añade hojas de tomillo y hornea hasta dorar. Deja unos 5 cm sin relleno en los bordes y dóblalos tapando el relleno.
Si quieres que la masa te quede más dorada, pincélala con “doradura”, una mezcla de 1 huevo batido con 2 cucharadas de leche.
Hornea hasta dorar. Disfruta tibia.

Atrévete combinando sabores contrastantes: lo dulce con lo salado, lo cremoso con lo intenso…Estos contrastes estimulan los receptores de la lengua y entregan una experiencia rica e interesante.